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Más abajo tienes un VÍDEO con extractos del contenido

fundidos en una bellísima música y en hermosas imágenes


La historia, fotografía e imágenes y el correspondiente vídeo han sido creados por María José Moreno

Duodécima Narración de la Colección «Viajes de Ben»

La música del Vídeo pertenece al espléndido compositor Juan Carlos García

 

12ºViaje. Contento por la aportación que puede hacer a la Vida, Ben se dispone a aprender perfectamente el arte de la Respiración Rítmica.


***

Ben Viaja… a la Respiración Rítmica [12º Viaje]

 

INTRODUCCIÓN BEN  VIAJA … 

    Como cada noche, Benjamín se mete en su camita y recita su oración preferida:

    «Hola Dios, estoy muy contento. Dime muchas cosas que quiero aprender y ahora no sé porque soy pequeño. Deseo recordarlas todas, todas, y cuando sea mayor entenderlas muy bien. Gracias Dios, te quiero mucho».

    Luego cierra los ojitos y se deja mecer por un suave balanceo…

    Y va por el aire y vuela por encima de montañas y mares…

    Otras veces simplemente aparece en el lugar que esa noche visita.

    Y llega al sitio exacto que necesita.

    Después escucha…

    … Escucha la voz de su hermano mayor Imanol, y sabe que le acompañará, como siempre, en este viaje. También siente muy cerca a Papá y a Mamá y, aunque no les puede ver ni oír, sabe que estarán a su lado.

    Entonces Ben, viendo que todo es perfecto, piensa satisfecho: «Sí, quiero seguir».  

… A LA RESPIRACIÓN RÍTMICA 

   Ben lleva un rato de pie con los brazos extendidos y la cabeza inclinada hacia arriba. Se encuentra en el anfiteatro construido este Junio sobre el Royal Teton con motivo de su apertura bianual. Tiene los ojos cerrados y una enorme sonrisa ilumina su carita.  

    — «Te veo feliz». La Voz de su hermano le saca del ensueño.

    — «Ima, hago un ´experimento´», y abriendo los ojos mira alrededor complacido.

    — « ¿Ah, sí? ¿Y qué es ello?».  

    — «Respiraba la Llama. ¡Mira, mira!». 

    Y volviendo a su postura anterior, se afana en respirar conscientemente el aire a través de la nariz, tanto para tomarlo como para soltarlo.

      — «Ya sé que hay que hacerlo suavecito, sin ruido, y que son cuatro tiempos…». Súbitamente abre de nuevo los ojos y se endereza, « ¿qué significa ´cuatro tiempos´?».  

     — «Bueno, eso que tratas de hacer se llama Respiración Rítmica, y consiste en respirar todo el tiempo por ambos orificios de la nariz a la vez, manteniendo la boca cerrada. Se dice cuatro tiempos porque consta de cuatro fases y en este caso de igual duración cada una: la inhalación, la retención del aire dentro de los pulmones, la exhalación, y por último otra donde permanecemos sin aire y que llamamos proyección».   

      — « ¿Así?», y totalmente concentrado toma el aire por la nariz con tanto afán que, de pronto, tose.

     — «Bien, es un principio», sonríe la Voz de Imanol. «Mira, es mejor que comiences a practicar del modo más sencillito que te sea posible».

      — «Pero hay que hacerlo muy, muy despacio ¿verdad?».  

     — «Hay que hacerlo con ritmo. Es cierto que lo propio es que cada fase dure ocho segundos, pero esto es algo que acabarás logrando

     »Entrénate cada día, poquito a poco, y verás que casi sin darte cuenta irás mejorando. Puedes comenzar contando sólo hasta tres, por ejemplo, y cuando te salga bien y facilito entonces aumentas el tiempo.

    »Dices mentalmente uno, dos, tres mientras inspiras por la nariz; luego cuentas también hasta tres manteniendo el aire en los pulmones; a continuación, de nuevo mientras cuentas tres, vas soltándolo igualmente por la nariz; después te mantienes con los pulmones vacíos durante otros tres segundos…Y, sin perder el ritmo, nuevamente vuelves a inspirar en tres segundos, después a retener…, repitiendo el proceso completo varias veces.

      »Recuerda, ¡siempre manteniendo el ritmo!».

      — «Siempre manteniendo el ritmo…», repite acompasado Ben.    

     — «Si quieres practicar conviene que hagas series de seis respiraciones, respetando las cuatro fases en cada una.

    »Lo importante por ahora es que todas las fases tengan la misma duración y te salga fluido y sin esfuerzo.

    »Con constancia, acabará convirtiéndose en un hábito para ti y te sentirás completamente relajado haciéndolo.  

     »Al ejercitarte cuida de alargar progresivamente la duración de cada parte de la respiración hasta llegar a los ocho segundos requeridos».  

     — « ¡Y así respiro la Llama!», exclama jubiloso el niño. La risa de su hermano no se hace esperar.

     — «Digamos que de momento te vas preparando para ello». 

     — « ¡Ah!».      

     La capacidad de atención en un niño tan pequeño es relativa, sin embargo Imanol sabe hasta dónde ha de llegar en sus comentarios. Cuenta con que sólo una parte de lo dicho es registrado conscientemente por Benjamín; pero igualmente sabe que en una conciencia tan receptiva el resto se filtra hasta niveles más internos despertando paulatinamente el estímulo y orientación que precisa.  

    Pendiente como está del ejercicio, de pronto Ben cae en la cuenta de que el alcance es mucho mayor que una simple mecánica de respiración.  

   — «», Imanol da respuesta a los mudos interrogantes. «Cada vez que el aire entra en tus pulmones, en realidad es el Soplo de la Vida que te entrega todos Sus Regalos».

    — «Un día dijiste que todo era una Llama…», recuerda en voz alta.

    — «Y así es. La Llama del Amor, o de la Belleza, o de la Alegría, o de la Fuerza… Al respirar dejas entrar una parte de un aspecto en particular de la Llama, y si le prestas la suficiente atención puedes ayudarle en Su viaje y engrandecimiento».

    — «Entonces, ¿yo puedo ayudar a la Llama?».

    — «Desde luego. Es muy sencillo, basta con aprender a amarla».

    — «Pero, ¿cómo?», emocionado espera la respuesta.

    — «Bueno, estamos hablando de la Respiración Rítmica, ¿cierto?».

    El niño asiente.      

    — «Pues los cuatro pasos, que realmente nombramos como inspirar, absorber, expandir y proyectar, corresponden a cuatro momentos distintos donde aprendes a acoger y a colaborar con la Bondad profunda que está en nosotros y en todo cuanto nos rodea.  

   »Cada vez que te unes a esta gran Respiración tú favoreces a la Vida que siempre apoya lo mejor que hay en cada persona y en cada cosa.  

      »La Vida te da, y tú das a la Vida, ¡qué bonito!, ¿verdad?».  

   — «Papá desde siempre me ha ayudado a ordenar mis juguetes». Ben se encuentra centrado en sus cavilaciones. «Un día empecé a fijarme en cómo se hacía, y ahora he aprendido y también le ayudo a él cuando arregla su armario de los deportes». 

      — «Algo parecido.

    »En la Inhalación tú contemplas esa parte de la Vida que desea extenderse; entonces le das la bienvenida y llegas a comprenderla más.

    »En la Retención es cuando puedes jugar con ella y sentirla dentro de ti; ¡descubres cómo te transforma!

      »Con la Expansión emites ese Regalo más grande aún que como te llegó, porque le has añadido también el Calor de tu corazón 

   »Y en la última fase, en la Proyección, celebras que esa gran Llama que te ha enriquecido a ti, ahora acompaña y ennoblece a toda la gente, a todas las cosas, ¡y a todos los lugares de la Tierra!, pero llevando consigo también los Regalos que tú le diste cuando pasó por tu corazoncito».

 

       Con estas palabras Ben, totalmente determinado a aprender el arte de la Respiración Rítmica, se deja ir..., ¡qué alegría saber que puede ayudar a extender ese Aliento!

        Suavemente nota Su ritmo acercándole a otra naciente mañana en su hogar de cada día.

EPÍLOGO

 

    Sus manitas frotando sus ojos le devuelven a la clara luz de la mañana.

    Ahora, enseguidita, vendrán a despertarle.

    De nuevo sentirá el amor de papá y mamá, y estará con Imanol que siempre le ayuda y juega con él, y hará muchas cosas divertidas.

    Y viendo que todo es perfecto, piensa satisfecho:

 

    «Sí, quiero seguir».  

 

FIN

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